Terminaron los días de verano,
la sonrisa esbozada ya menguo,
comienzan las rutinas de un invierno
que ajeno a calores y colores
busca en la rutina su razón.
Varadas ya quedaron ilusiones,
y perdidas en el rio las sonrisas
que aquella marinera me robó.
de Milagro se la llevan a una sierra,
pues perdida la mirada en las arenas,
las olas de tormenta que me acunan
a los picos de un Cristóbal...
me llevó.
Lejanos los sonidos de las conchas,
tiempo ahora de vendimias e ilusión,
terminaron ya los días de verano
sin otoño, el invierno....
ya llegó.
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