ENTREGA
Siento
prendida cual terciopelo a mi alma
esa
marcada presencia de caricias infinitas,
gobernadas
por los vientos de tu calma
van
haciendo de mi vida esas olas favoritas.
Paz
me das ante el pasar de aquellos días
ocultados
en la sombra del deseo,
luz
eterna en la oscura impertinencia
que
recorre el pensamiento si te veo.
Pasan
los días con tu dicha afortunada
con
la calma del tesón del impaciente
ya
rendido a la razón de tu mirada.
Paz
me llevo ante la calma de tu mente
que
me reta a ser mejor en cada reto
a
la par que me convierte en ser paciente.
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