ESPESURAS
Caricias el alma quieta
que cuando llegas al mar
al ritmo de dulces olas
con pasión me las aprietas.
Caricias el alma muda,
la que grita alborozada,
pensando que nadie escucha
los susurros de la nada,
entonces más se alimenta,
el alma y su tierna esencia,
el amor callado y quieto,
las miradas y su amor
la caricia del cariño
que en su alma… duerme quieta.
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