ROZA EL VIENTO
El lamento de la ola surca un mar de
infiernos grises,
embistiendo el desaliento entre nubes de algodón,
sin distancias sin recuerdos, solo el mar y
el dulce amor,
persiguiendo infatigable aquel rastro que
dejó.
El lamento de la ola, en silencio va apagando
disolviéndose en las nubes que ahora pasan
sin rencor,
dejando el rastro del llanto, siempre
prendado de amor
y en la colina la vista protegiéndola del
Sol.
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