LA ESTRELLA DE LA
VIDA
Desde la orilla de
los mares que no cesan,
con la mirada
perdida elevando la oración,
la que sin hablar
solo entiendo el corazón,
fijo el cielo sin
estrellas…
con la mirada
perdida en la amargura que no cesa
y en la mano no
ofrecida aquel dolor…
esa luz que
perseguimos quebrada la inocente ilusión
me alumbra entre las
sombras de las noches sin pasión.
Esa luz de la
esperanza, la que al mago, sin saberlo, guió…
entre olas de
colores aparece sin quererlo
y elevando aquel
alma encallecida,
olvidada de
presentes y quizás de educación,
al pesebre de la vida,
la cueva del redentor,
sin saberlo… sin
negarlo… me guio.