DE UN GRIS INFINITO
Al cielo ya mutado
lanzo el alma,
pues solo nubes
grises ven mi rostro,
las negras
consecuencias del pasado,
los negros
sentimientos de un despojo
son lluvias que no
cesan ni se calman.
El sol me niega el
beso que deseo,
y siento que se
marcha para siempre,
me deja entre sus
nubes de tristeza
pensando en el
futuro que no cesa.
Desgarro mis
miradas contra el cielo,
me encojo sin saber
de donde vengo,
y al fin, sin ni
siquiera yo esperarlo…
el cielo se me abre
en mil pedazos.
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