LA MIRADA

LA MIRADA

 

Solo en el amanecer de salado despertar

se disfruta de las vistas de ese Cadiz de pleamar,

del que sintiendo los fríos del madrugar sin rocíos,

hincha el pecho desprendido del aroma de la amada

buscando al sol sobre mares de Elcano que se marchó.

 

Quizás los años vividos entre mares y escolleras,

oliendo a mares sin nombres

y a mareas sin apellidos

hicieron de aquellas vistas sin horizontes perdidos

el remanso necesario para aguantar sin rencores

ese dolor contenido que se ahoga al despertar…

 

con la vista en esa orilla…

y el olfato aun prendido en el aroma abandonado,

me arrebujo en la pasión

de las olas que me traen

el confort de los amores

los amores olvidados,

del pasado ahora hundido,

del presente de la orilla

y el futuro en ese mar

 

 

 

TU DESPERTAR

TU DESPERTAR

 

Es como roca salina

es como brezo sin mar,

esa espuma adormecida

esa eterna pleamar…

es su sustancia, su ser,

es su forma de mirar,

es ese hechizo de algas,

ese aroma a eterno mar…

es ese ser que no sé,

esa paz de adormecida

al uquelele de rayos,

es esa paz sobre el arco

el no importar nada mas…

 

Y así se llega al amor,

al aceptar el dolor,

el desprecio de quien ama

con el miedo entre sus pliegues

sin poder volver atrás la mirada adormecida

al escuchar el te quiero de quien solo sabe dar.

 

 Y así se llega al amor,

a la paz de las mareas

al dolor mas adorable

de quien se pierde en los besos

del que se muere de amor.

 

 

 

 

 

 

LA LUZ

LA LUZ

 

Nada pasa, nada llega, nada se queda detrás,

pasos van dando la vida en eterno despertar,

como olas que se apegan sin separarse del mar,

como soles en la orilla en su sombra cobijar.

 

Nada pasa, nada llega, y al final sin vuelta atrás

vas contando aquellas horas, asustado de verdad,

pensando que aquella cresta te va anunciando el final,

el final de tu camino, el que llega en soledad.

 

Nada pasa, nada llega, y al final no pasa “na”,

vives el susto en silencio, sin importar el penar,

pues muchos lloraran en muerte

lo que en vida, sin saberlo, no supieron disfrutar.

 

 

 

ESE MAR

ESE MAR

 

Como marcha en Madruga,

de Sevilla milenaria,

mi Dios me quiso brindar

esa marcha adormecida,

que al compás de aquellas olas,

y al mecido gaditano

con vaivén de mareas

me voy dejando arrastrar.

 

Como marcha en Madruga,

y al compas de los tambores,

escucho el romper de las olas

anunciando el Jueves Santo

en la orilla de Mi Mar…

 

SURCOS EN EL MAR

Surcos en el mar

 

Es como el mar que nos llega,

es el saber que regresa siempre a esa orilla traviesa

con el viento cabalgando

entre espumas y algodones de sabores con pureza.

 

Es como el mar que nos llega

es ese amor confundido que sin pensar te atraviesa,

con las olas en la orilla

pensando que ya no vuelve a su orilla a naufragar.

 

Orillas siempre regadas,

con lágrimas de ese mar que juega con las arenas

ahora vienen, ahora van…

pero sabiendo que nunca podrá dejarte de amar.

 

CLARIDAD

CLARIDAD

 

Quizás regrese a esos mares,

los mismos que nunca se fueron,

aquellos que sin inspirarme

fueron tormento y anhelo…

quizás a su mar regrese,

buscando aquellas mareas

de dolores sin las ganas de vivir.

 

Quizás regrese a mis mareas,

las mismas que siempre no fueron

las mismas que me hacen reir,

pues queriendo buscar el sufrir

tan solo me hace me hace feliz.

 

SU MAR

SU MAR

 

Me pierde la mirada en su bahía

la dulce claridad que me despeja

dejando que su aroma me transporte

en olas que me llenan de alegría.

 

Contemplo sus venidas y traídas…

perplejo ante el aroma de su paz

feliz abotargado de la espuma

que invita a sonreír junto a su risa.

 

Que bello es el vivir con la marea

saber que puede ser de calma o ira

de chicha o de mar embravecida…

 

que bello es el vivir de esta manera,

sabiendo que da igual como amanezca

mi mar me llega siempre hasta la orilla.