MIRAMAR
Rezar a un cielo
de orillas
que retorne esa
marea
que en un suave
mecido
acune mi dulce
sueño
mientras desvelo
mi anhelo.
Rezar a un Dios
sin tridente
que nacido en un
oriente
me lleve hacia su
poniente,
buscando la
inspiración,
que perdida en el
amor,
rompa durezas y
sierpes
entre olas de
algodón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario