Miradas
Sufres el lejano
resplandor
dejando que ya nada
te retenga,
el miedo paraliza
aquella brisa,
la brisa de
pasiones apagadas,
veneno de palabras
pronunciadas
que vierten en el
alma que se eclipsa.
Te miras al espejo
sin reflejo,
te buscas y no encuentras
la mirada
y el miedo de un
amor inconfesado
termina por
quemarte sin consuelo.
Te miras y no
sufres ya por nada,
te encuentras y te
pierdes en la noche,
y al fin, con la
mirada ya nublada,
te duermes
sollozando en la almohada…