EL
JARDIN DE OSTIONERAS
El
Sol va levantando el fresco rubio,
calentando
con ternura la serena salitrosa,
dejando
que sus poros resuman los secretos
de
besos que escondidos usaron como asiento
las
conchas ya gastadas besadas por el mar.
Mi
trono de ostionera pulido por las olas,
caricias
de rasposa y salada lealtad
apuesta
de un futuro
tan
fuerte como el mar.
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