MAREAS
Surca
la calma mis ojos
dejando
que un vendaval
de
alta mar hasta el enojo
me
tiñan como a la sal
el
quebranto de su antojo.
Surcan
mil olas sus vuelos
crestas
de espumas rebeldes
que
remueven su desvelo
como
del azul al verde
mientras
sus dudas despejo.
Ni
es marejada en la orilla
ni
el lamento de sirenas,
no
es carencia de cosquillas
tampoco
una mar serena
tan
solo, y ahora lo veo, es ella.