Bajo la atenta
mirada
Me pierdo en la mar
que son tus ojos
bogando sin querer
contra corriente
al ritmo sobre el pecho de tus olas
frenético sobre la
proa del impaciente.
Y al paso de la
noche de tus manos
me dejo enamora
sobre la orilla,
al dulce vaivén de
aquellas jarcias
mecidas por el
viento de tu aliento.
Al cielo recortadas
las plegarias,
al cielo la oración
desesperada,
pasión del dulce
mar de amanecida
al verte al
despertar, enamorada.
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