LA CALMA
Calmas a mi lado la
furia de mi infinito
y besándome con
calma llego a tu orilla
muriendo en el
rompiente de tu abrazo
con la fuerza
contenida de unas olas ya dormidas.
Me duermo así en tu
orilla,
pensando que la
calma
tan solo esta
dormida,
que en llegando la
tormenta
las olas de mi
empuje
harán daño
inconsetido,
abrasando las
murallas
de la costa
acogedora
que tu amor me había
ofrecido.
Disfruto de esa
calma llegando con mis olas
a la orilla de tu
amor que me acoge y me conforta,
calmando con los
besos de la piedra soleada
la fría profundidad
de las mares ya lejanas.
Te beso con esa
calma
del amor bien
recibido.
Con la paz que
siente el alma
al besar un corazón
que lo esperaba con
ansia...
te beso con la
dulzura
de la marea
soleada,
como la espuma que
roza
esas piedras de
esperanza...
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