La nube
Agotado en silencios cadenciosos
dormitamos en la cuna de los sueños
deseando que el calor nos dé cobijo
y el invierno nos caliente las guedejas.
Dormitamos a la vera del recodo,
no soñamos porque solo hay pesadillas,
despertamos y dormimos en un lodo
y al final no queda nada en la escudilla
Ya no hay sol, solo las nubes
ya no hay mar... solo mareas...
Solo hay cielos despejados y brillantes
y comprendes que tan solo en tu cabeza
hay cobijo para nubes y tinieblas.
Te revuelves y contemplas la belleza
el amor que todo llena de hermosura
ves el mar de limpios cielos...
las mareas que todo limpian,
vez La Paz y la grandeza de sus ojos
te sacudes de tristeza innecesaria
y te alegras del amor que aleja el dolo.
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