AMENECE EN EL
JARDIN
Velando el dulce
sueño de quien nace
observo con ternura
amaneceres,
dormito sin querer sentir
la pena
de aquel que sin
querer rompa su sueño…
y ajeno al trinar de
su aleteo,
sintiendo que su
pecho sube y baja…
despacio y en silencio
lanzo un beso
henchido de placer
incontrolado.
Que bello amanecer en
su jardín
sintiendo los
aromas de su pelo,
dejando que
embriaguen mis sentidos
el fresco de los
valles que me dio.
Que bello amanecer
tras la caricia
durmiendo en el jardín
de blanca paz
que trae junto a la
brisa del latido
la dulce y franca
luz de su sonrisa.
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