domingo, 5 de noviembre de 2017

DEL MISMO MAR LA MONTAÑA



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DEL MISMO MAR LA MONTAÑA
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1.      DEL COMIENZO Y EL PARTIR
 

 
 
 
LEYENDAS
 

Cuentan las viejas leyendas
que el norte es lejano y frío,
el sur cálido y tostado
y ambos alegre cual río.
 
Cuentan que huyendo del frió
bajaron de las montañas
y en sus laderas buscaron
el mejor de los cobijos.
 
Por las noches las mareas
Contaban buenas historias
que solo saben las viejas.
 
Historias de verdes vides
de olivos y pescas mansas,
caballos de largas crines.
 
Cuentan las viejas leyendas
que desde el norte bajaron
hombres huyendo del frió,
y aquí buscaron cobijo.
 
Cuentan que el mar enojado
los arrastro hacia las playas,
y sin perderlo de vista
les concedió la nostalgia.
 
Desde el mar y la montaña,
a las montañas de sal
y enfrente, su misma mar.
 
El mismo cielo sin nubes
la misma mar sin espuma
y en los picos, nieve o sal.

 
 
 
 
LA AMADA MONTAÑA
 

El destino caprichoso
dejó a un amor triunfante,
amor bien correspondido,
pues desde el viejo al infante
y aun sin haber nacido,
jamás vio se amor tan grande
ni aun tan correspondido.
 
Y así comienza el destino,
de quien sin haber querido
toma firme su camino.
Así comienza la historia
Que más que historia es leyenda
de un amor bien dividido,
del amor por las montañas,
del amor por aquel mar
pues quien puede precisar
que las aguas que del norte,
el sur van a visitar,
no son las mismas que al norte
navegan para volar.
 
Mas quien nos puede  afirmar
que las montañas nevadas
no son por capricho eterno
bellas cúspides de Sal.
 
El amor solo es amor,
la devoción y el arraigo,
la montañas, y la mar
y el cielo que las protege
a una y otra… por igual.

 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2.     POEMAS DE LA PARTIDA

 
 
MIRADA AL MAR
 

El umbral de tu ventana
me abre una vista del mar,
un mar que mirando al norte
se refleja en esas olas,
que con un son de mareas
hasta el sur quieren remar.
 
Remando en sueños me encuentro
Con una mar sin coral,
de frías espumas blancas
donde a nadar nadie va.
 
Es una mar brava y fría
la que a mi ventana da,
una mar fría y salada
cual montaña de cristal.
 
Y reflejados en ella
y a una vida de ultramar,
vive esa raza de hombres
que mirando siempre al mar,
a la montaña le deben
su tradición y el nombrar.


 
 
 
PERDIDO EN LA MONTAÑA
 
 

Montañas de verdes prados,
de una húmeda claridad,
marcada por el roció,
la lluvia y el vendaval.
 
Montañas de altas cimas
con faldas que besan el mar,
posadas sobre unas rocas
en la arena de cristal.
 
Montañas inexpugnables
muy dignas de conquistar,
cuna de nobles y abades
y de un carácter sin par.
 
Una montaña y un mar,
un carácter y una lucha,
una mar sapiencia
y una forma de mirar.
 
Una montaña salada
que bañada por su mar,
buscó consuelo en las olas
y de tanto rezumar
se embarcó rumbo a unos mares
de salada claridad.
 
Mirando por mi ventana
ahora si veo tu mar,
y unas manos me saludan
invitándome a buscar
un camino, o un sendero
que cruzando las montañas
unen tu mar y mi mar.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3.    CAMINO AL MAR

PARTIDA
 
Lejos queda esa ventana,
al volver la vista atrás
pierdo de vista los prados
mas la montaña ahí esta.
 
Camino con paso firme
buscando de nuevo el mar,
el mismo mar que miraba,
el que regaba las plantas
el que con manos de espuma
esculpía la bella imagen
que no podría olvidar.
 
Camine perdiendo el valle
y sin querer me encontré
con que los prados tornaron
el color de la esperanza
por el dorado del Sol.
Lanzas que miran al cielo
lanzas de un solo color.
Dorados campos enhiestos
que solo adoran al Sol.
 
Atrás quedó la montaña,
atrás el oculto Sol,
aquel que siempre vestía
con su armiño de algodón.
 
Camine buscando al mar
y al despertarme su olor
vi unas colinas de jade,
Vi una alfombra de esmeraldas
que en su interior escondían
el fruto bendito de Dios,
ríos de dorada ambrosía
vinos de dulce color.
 
Ya no veía la montaña
ni su armiño de algodón.
solo el Sol era ya el rey,
y el mar, aquel mismo mar,
Bañaba con dulce plata
alfombras de oro saldo
que no conocían final.

 
 
DESTINO
 

El umbral de de mi ventana
me abre vistas al mar,
a un mirando al sur
me trae noticias del valle,
un mar que refleja al Sol,
al mismo que me arropaba
aquel mismo que lloraba
quizás de felicidad,
y que ahora me sonríe,
bañado de claridad,
En lugar de mi  montaña
otras montañas de sal.
 
 
Contemplo por el umbral
que van pasando los años
sin perder identidad.
La montaña es referencia,
la sal el nuevo destino
y aun mudando de lugar,
Siempre me queda la mar,
la mar brava y ruidosa
que me viene a visitar,
y en llegando a esta mi costa,
se calma azul y brillante
y en silencio me sonríe
con suave crepitar.
 
Contemplo desde mi umbral
que ya han pasado los años
sin perder identidad,
añorando mis montañas
cuyas cumbres aun recuerdo
como si fueran de sal,
contemplo desde mi umbral
y al cerrar estos mis ojos
huelo a valle, huelo a mar
al dulzor enmohecido
de una tierra generosa
mezclada con el aroma
de la pesquera y el fino.


 
AÑORANZA
 

 
 
Ya los comienzo a añorar,
mis ríos, mi bravo mar,
ya los comienzo a añorar,
mis valle, mi alta montaña,
ya los comienzo a añorar,
y esas lagrimas inundan
esos hermosos recuerdos
de salada claridad.
 
Ya los comienzo a añorar
a quienes quedaron atrás
mirando desde el umbral,
aquellos que con mi marcha
no pararon de llorar
pues no pueden olvidar.
 
 
 
 
 
 
Y añorando, el recuerdo,
el recuerdo de mi mar,
de la montaña serena
y las olas al llamar
 
mientras sus manos besaban
sus laderas de cristal,
bañadas por el rocío
y por su tenue brillar.
 
Ya no añoro, quiero más
a renunciar me resisto,
pues añoro la montaña
aun más adoro la sal.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
4.    POEMAS DEL REGRESO

 
 
 
EL TIEMPO
 
Ni recuerdo cuanto tiempo
ni pensarlo quiero ya
pues veo feliz el encuentro
entre dos mares de vida
que siendo mares opuestos
me alejan de la montaña
sin suspirar un lamento.

 
LA NUEVA VIDA
 
Vivo feliz y dichoso,
el sol que alumbra mis días
me llena siempre de un gozo
sin ver el fin de mi vida.
 
Cambie montañas nevadas
dejando olvidado el valle
por las montañas saladas
como espumas de la mar
 
Sin embargo, bien amada
cuánto añoro, cuanto anhelo
mis altísimas montañas
 
Cómo las hecho de menos
cómo poder olvidar
cómo viviendo tan lejos.
 

 
EL AMOR CORRESPONDIDO
 
Generosa es esta tierra
si sabe trabajar
acogedora y sincera
si te dejas abrazar
 
Tierra de Sol luminoso
de tardes en el portal
regadas con oloroso,
noches de palma y compás.
 
Sin noches junto a la lumbre
con el intenso ulular
que llega desde las cumbres
 
Sin tertulias silenciosas
de jarra, queso y cantar
a los ojos de una moza…
 
 
perdidos en el umbral
 
 
 
RETORNO AL MAR
 
El alfeizar sin umbral
acoge ahora mis brazos
y  mirando al horizonte,
aspiro el intenso aroma
de la mar, y de la sal.
la misma mar, que bravía,
deje hace años atrás.
 
Es mi mar, es aquel mar,
la mar que besa tus plantas,
la mar que insistente dice
que ahora te voy a buscar.
 

 
LA DECISION , LA PARTIDA
 
 
Voy camino de un desván
en donde el aroma a tiempo,
guarda celoso y oscuro
mis mas íntimos secretos.
 
Busco la vieja maleta,
por quien sin pasar los años,
me infunde las nuevas fuerzas
para cumplir el mandato.
 
y cual marea de luna,
noto como el corazón,
me late con ritmo puro
 
se me anula la razón
pues ya lo tengo seguro,
regreso buscando amor.
 

 
EL CAMINO
 
Se van perdiendo mis playas
y por la estrecha abertura
van pasando verdes valles
cargaditos de esmeraldas.
 
Atrás quedan las serranas,
he perdido las morenas,
sierra,  capital de España
se me despide con pena.
 
Cierro los ojos con fuerza
y se me llena mi alma
del aroma de la hierba
 
que me acerca a una montaña
cuajada cual los viñedos
de  frescas y verdes hierbas

 
NOSTALGIA
 
Echo de menos mi Sol
mas me consuela la brisa,
huelo a mar, pero no a sal,
y el sol se oculta deprisa.
 
Junto a mi surgen sus manos,
juntos miramos el mar,
abrazando las montañas,
nos dormimos sin pensar.
 
Sueño con blancas montañas,
con un Sol cálido y cruel,
sueño contigo a mi lado
 
Sueño con mi blanco mar,
se que tengo que volver.
y  ahora te tengo a mi lado
LA VUELTA A CASA
 
Vuelvo a emprender el camino,
y mirándola a los ojos,
comprendo que ahora mi hogar,
jamás volverá a estar solo.
 
Mas cual es ahora mi sitio,
el norte o sur, que mas da,
pues tengo la inmensa suerte
de navegar con el mar.
 
Del norte me trae su espuma,
y al norte lleva mi sal
con mi bendita locura.
 
Del sur se lleva mis sueños
al sur me trae sus aromas
con mi bendita amargura.
 

 
EL REENCUENTRO
 
El mar, sereno y profundo,
con sus olas de cristal,
me abraza allí donde estoy
a donde pueda morar.
 
El mar, de la montaña,
baña sus plantas de sal,
y el Sol, bendice su marcha
a donde quiera que va.
 
Bajo del norte a mi sur,
subo del sur a mi norte
arraigando a donde va
 
Pues siendo el norte mi hogar
tengo ahora una familia
que del sur siempre será.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 MONTAÑAS AZULES.

 
EL PASO DE LOS AÑOS
 
 
 
 

La sal inunda mis sienes
y una extraña lejanía
me hace ver que ahora vienen
olas de extraña nostalgia,
bellos recuerdos de nieves,
y de verdes pastizales,
de olas que buscan las playas
cubiertas de nubes azules.
 
Acabando van los días
y el umbral de mi ventana,
que ya no puedo alcanzar,
solo me trae los recuerdos
de aquel mi querido mar.
 
Acabando van los días
y sin saber el porque,
no hay nostalgia en el recuerdo,
solo paz….solo la paz.
Acabando va mi vida,
no la alcanzo a comprender,
pues lo que siente mi pecho
Solamente es el querer.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DULCE AGONIA
 
Cierro mis ojos cansados
y mi mente se me apoya,
a ese umbral, ancho y lejano
que abriendo vistas al mar
ahora me muestra el amor
con la cercana presencia
del recuerdo … Del amor.

 
 
EL NUEVO CAMINO
 
Dejo mis altas montañas,
a esa mar fuerte y bravía,
buscando la luz y el día
buscando la amada sal.
 
Dejo mi norte y mi guía
y encuentro mi propio mar,
mi sur y mi nueva vida
deslumbrada por la sal.
 
Encontré mi nuevo hogar
y torne aquellas montañas
por mil dunas de cristal.
 
Encontré donde anidar
y construí mi palacio
entre trocitos de sal.

 
AMOR COMPARTIDO
 
Cómo amar sin la nostalgia,
pensar cada día en ella,
y sin poder olvidar,
poder querer a esta tierra
tanto tanto, tanto o más.
 
Cómo amar sin la montaña
es este mar… que no es mi mar,
cómo amar sin esas olas
a este mar… que viene calmo.
cómo amar sin aquel cielo
a este mar… sin lloviznar.
 

 
EL FINAL
 
Cierro mis cansados ojos de azul mar
y comprendo que las olas que me buscan
son las mismas que antaño yo observara
mientras mi vista miraba por el umbral.
 
Ahora me dejo por ellas llevar
y mi tranquila alma dividida
buscan en este fiel descanso el consuelo
de ver unidos mis dos mares amados
que buscan su montaña en mi cielo.
 
Se cierran mis ojos,
mi alma se apaga
y aquella nostalgia
de mi mar amada,
se llena de gozo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Atrás van quedando las playas
playas del norte o del sur,
y las lagrimas saladas,
de la herencia que ahora dejo,
me demuestran que mi sangre…
conmigo no parte.
dejo en el sur el amor,
amor por los verdes valles,
la unión del hombre y su tierra,
el amor por la montaña
a donde el hijo….. regresará.
 
 
 
  • FIN  -
     

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