Sonetos para el olvido

SONETOS PARA EL OLVIDO

 

Miro sin ganas el triste rellano,

cansado y dolido lo miro en silencio

buscando la luz entre la penumbra,

buscando el destello entre los resquicios

 

La última frase en mi oído retumba

y la puerta dice lo que el alma calla,

mientras mi esperanza en el frio se tumba

buscando el calor de esa tu mirada.

 

Sin una palabra muere la esperanza

y los ojos dicen lo que calla el alma

mientras vas subiendo y vuelves la espalda.

 

Las cosas acaban, muere el corazón

y en silencio espero la resurrección

en este rellano de desolación.

 

 

 

El amor ingrato no correspondido

deja las memorias de olvidos cargadas,

truncando los cielos de azul a cetrino

llenando de nubes la vista cansada.

 

Y así sin pensarlo se forma el destino

Surcando las nieblas de bellas palabras,

donde el hombre pierde hasta su buen tino

pues cobra en amor vendiendo su alma

 

Aquellos amores no correspondidos

an dejado al hombre como vagabundo

pues sin rumbo fijo busca su camino

 

Aquellos amores no correspondidos

en lugar de ser de rechazo motivo

atraen a ese hombre… hacia su destino.

Quizás el empeño, quizás la pasión

de aquellos rechazos sacaron amor,

y el precio pagado con grato rencor

vio su recompensa gracias al tesón.

 

Merece la pena pagar alto precio,

dejar el orgullo del lado del Sol

bajando la luna si lo quiere Dios

regalando el alma y hasta el corazón.

 

 

Quien quiere el orgullo si no tiene amor.

Quien su limpia alma si a solas esta

quien quiere su pecho lleno de rencor

 

Todo lo entregue, todo por amor,

y arrastrando llego a los pies de Dios

sin alma, sin vista, sin mi corazón.

Turbas mi mirada con tus altas cumbres

sin pensarlo mucho entre ellas me pierdo,

buscando el consuelo del ansiado frio

que muestre a este mundo lo que esta escondido.

 

Clavo la mirada buscando cobijo

y encuentro escondido el mas fértil valle

claro y generoso a pesar del frio

que ahora corona las cimas que caen.

 

 

Bajo la mirada casi arrepentido,

se abren las compuertas que ocultan el rio

y mi alma cae a tus pies rendido.

 

Hundo mis lamentos entre las dos cumbres

y el cálido aroma del valle escondido

me eleva a las cumbres cual si fuera nube.