ORILLA
Dulce reproche de la mar adormecida,
entretenida en los besos de la mar embravecida,
mientras la ola en silencio se va volviendo
cual verso
que allá en la arena mojada apenas siente
sus besos.
Cierro al encanto los ojos encanecidos
mientras lejos la guitarra me va leyendo en
silencio
las coplas de aquel abrazo, que cual piedra
ostionera,
se va en silencio quejando con pisadas en
la arena.
Dulce abrazo soleado
que de cálido atardece
va sonrojando un ambiente
que mi orilla va quebrando
las mil olas de deseo
que no encuentran su rompiente.
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